
Historia del Seminario Diocesano de Orizaba
“La Sagrada Familia”
“A un Obispo le puede faltar mitra, báculo y hasta catedral, pero nunca le puede faltar el seminario, porque del seminario depende el futuro de su diócesis”
Desde la creación de la diócesis de Orizaba en 15 de abril del año 2000 una preocupación de nuestro primero obispo a saber Monseñor Hipólito Reyes Larios es la fundación de un seminario propio, por ello después de buscar y gestionar en varios lugares de nuestra diócesis en una visita realizada a la parroquia de Santa María de Guadalupe, la Perla, fija su mirada en un terreno perteneciente a una capilla de la misma parroquia determinando que sería un buen espacio para la construcción del seminario, de este modo de comienzan los procesos de gestión y recaudación de fondos para iniciar la construcción, el terreno contaba con una fácil accesibilidad asi mismo con un salón perteneciente al grupo de adoración nocturna.
Poco a poco la construcción del Seminario “La Sagrada Familia” fue tomando forma apoyados por la comunidad parroquial asi mismo como de distintos bienhechores de pertenecientes a la diócesis por lo cual un 03 de agosto del año 2001 se realizó la bendición de apertura de nuestro seminario, presidida por Monseñor Hipólito Reyes L. fue una gran fiesta para la diócesis, donde se contó con la compañía de más 3000 personas además de diferentes casas religiosas como lo fueron Misioneras Guadalupanas, Siervas de Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, Hermanas Hijas de la Vera-Cruz Hijas de la Iglesia, entre otras más; un dato interesante es que la fecha en la cual los jóvenes seminaristas llegaron a vivir a nuestro seminario fue el 31 de julio de 2001 esto con el fin de apoyar en la organización y cuestiones faltantes de la apertura.
Esta primera generación quedo a cargo del equipo formador a saber Pbro. Juan Vázquez Moreno (rector), Pbro. Javier Onofre Valeriano (vice-rector), Pbro. Víctor Hugo Llanos Aduna (coordinador del área espiritual), Sem. Helkyn Enríquez Báez (auxiliar). Esta generación se conformada por 37 seminaristas, a saber 16 jóvenes a cursar la Etapa Propedéutica y 21 jóvenes a iniciar el Seminario Menor en sus distintos años.
La figura de los obispos dentro de un seminario es muy importante y desde el inicio se ha contado con la participación de cada uno de ellos en las diferentes actividades que se han ido realizando por mencionar a Monseñor Hipólito Reyes Larios ya que al ser el con quien nace nuestro seminario y contar con su presencia dentro de varias actividades que se realizan motivaba siempre a seguir delante y continuar en el caminar de nuestro seminario asi mismo apoyando la ampliación de las diferentes áreas de la formación de los futuros sacerdotes, su presencia además motivaba a los jóvenes en su camino hacia el sacerdocio y desde su inicio con las actividades de la bendición y apertura del curso escolar en toma del juramento del equipo formador y diversas actividades fortalecía la convivencia y conocimiento con los seminaristas.
Durante el primer año de fundación represento grandes desafíos en diferentes espacios, ya que tras la apertura no se contaba con el suficiente mobiliario, fue con base a los años y la aportación de muchas personas que tan generosamente se desprendían de sus bienes que se pudo seguir adelante, asi mismo se realizaron diferentes actividades con el fin de recaudar fondos, pero más que nada hacer notar a nuestro Seminario dentro de la diócesis y en las parroquias.
Con motivo de dar a conocer más a nuestro seminario a lo largo de este caminar se han realizado diferentes actividades que motiven a los jóvenes a trabajar dentro de las comunidades y parroquias algunas acciones que se llevan a cabo son para el mes de diciembre la creación del calendario de Seminario fundado el mes de diciembre de 2001 esto con la intención de dar a conocer a todos las diferentes vocaciones específicas encaminando tambien a la vida del seminario, mostrando algunas actividades que se tienen al interno y externo de nuestro seminario, este calendario con el tiempo paso a ser de la pastoral vocacional, algunas otras actividades que se realizan es la visita a las parroquias con el fin de que los seminaristas conozcan las distintas comunidades que conforman nuestra diócesis del mismo modo que comparten deporte con los jóvenes de las localidades y diferentes charlas con el tono vocacional y de discernimiento.
El Seminario “La Sagrada Familia” se ha caracterizado por tratar de dar una formación integral en las diferentes dimensiones de formación, pero asi mismo acompañados de diferentes personas que apoyan dentro de las diferentes áreas por mencionar en la salud como lo son médicos que prestan su servicio hacia el seminario, agradecer la participación de la Srita. Nico Patraca que fungió como nutrióloga dentro del seminario siendo un canal para conseguir diferentes apoyos, diferentes personalidades que desde el inicio del seminario han estado al pendiente, que sería difícil nombrar a todos.
Con el fin de seguir en la promoción vacacional cada cuarto sábado de mes el seminario sale a las jornadas vocacionales donde se reunían con jóvenes de las diferentes parroquias de la Diócesis que tuvieran la el deseo de iniciar su proceso vocacional, estas actividades ahora han sido retomadas por la pastoral vocacional pero que encontraron su origen dentro de nuestro seminario.
Con el fin de promover la participación y que los seminaristas sigan cultivando y fortaleciendo sus habilidades y actitudes en el mes de diciembre se realiza una Pastorela mostrando de una manera alegre el nacimiento de nuestro salvador, esta pastorela no solo se queda al interno de nuestras instalaciones sino que se ha presentado en diferentes foros como lo es el teatro “Llave en Orizaba” en diferentes parroquias de nuestra Diócesis, fortaleciendo asi la confianza de los jóvenes seminaristas y potenciando su crecimiento.
De la misma forma para un crecimiento sano de los jóvenes es necesario abordar las diferentes áreas que tiene por mencionar la parte psicológica, que si bien en nuestro primer año carecimos de este acompañamiento nos sentimos orgullosos que desde 2002 se les ha dado un seguimiento personalizado contando asi con diferentes psicólogas que guían a los seminaristas con entrevistas mensuales asi como en diferentes actividades como lo son: talleres de psicología, aplicación de test psicológicos, talleres de integración y acompañamiento para fomentar la confianza en cada uno de ellos y un desarrollo de la personalidad emprendiendo asi su proyecto de vida.
La formación de los seminaristas pretende abarcar asi mismo elementos culturales de los cuales se pretende dar una pequeña formación dentro del área de la música y las ciencias artísticas tratando de buscar asistir a diferentes eventos que enseñen este arte como los son: conciertos de música clásica, banda sinfónica, cine y conferencias culturales entre otras actividades más esto con la intención de poder enriquecer al formando.
Se cuentan además con reuniones periódicas con los padres de familia para informar a los padres de familia sobre la formación de sus hijos y mantener una estrecha relación con ellos (fomentando la convivencia y el papel que tienen dentro de la formación de sus hijos) además de que permite que los formadores tengan un panorama más amplio del joven que se está formando.
Para un sano crecimiento dentro del seminario se pretende trabajar desde diferentes dimensiones concretamente se habla de cuatro a saber: humana, espiritual, intelectual y debido a esto cada dimensión pretende desarrollar algo en el joven por mencionar:
La formación humana fundamento de toda la formación sacerdotal, promoviendo el desarrollo integral de la persona permite forjar la totalidad de las dimensiones. Desde el punto de vista físico, se interesa por aspectos como la salud, la alimentación, y el descanso. En el campo psicológico personalidad estable, caracterizada por el dominio afectivo, el dominio de si y una sexualidad bien integrada. En el ámbito moral exige que el individuo adquiera progresivamente una conciencia formada, o sea, que llegue a ser una persona responsable capas de tomas decisiones justas, dotada de juicio recto y de una percepción objetiva de las personas y de los acontecimientos. Esta dimensión se apoya de diferentes actividades como los talleres de creatividad pastoral, pintura, guitarra, talleres de computación, talleres de artesanía con pasta comestible y con periódico y talleres de guitarra para que el joven siga desarrollándose y se cultive en diferentes ámbitos.
La formación espiritual se orienta a alimentar y sostener la comunión con Dios y con los hermanos, en la amistad con Jesús Buen Pastor y en una actitud de docilidad al Espíritu. Esta íntima relación forma el corazón del seminarista hacia el amor generoso y oblativo que representa el inicio de la caridad pastoral. Algunas actividades que apuntalan el área son los retiros mensuales, eucaristías, momentos de oración personal y comunitario asi como los talleres de oración y vida.
La formación intelectual busca que los seminaristas obtengan una sólida competencia en los ámbitos filosófico y teológico, y una preparación cultural de carácter general, que les permita anunciar el mensaje evangélico de modo creíble y comprensible al hombre de hoy, entrar eficazmente en diálogo con el Mundo contemporáneo y sostener, con la luz de la razón, la verdad de la fe, mostrando su belleza. Por ello los alumnos tiene tiempo de estudio donde se preparan y realizan sus actividades académicas, con el fin de que los alumnos tengan un mayor aprovechamiento académico se implementaron clases los fines de semana para reforzamiento de lo visto durante su estancia en su instituto.
Desde nuestros inicios una dificultad fueron los espacios donde los jóvenes puedan cursar sus estudios, algunas escuelas donde los seminaristas asistieron fueron Universidad del Golfo de México, Instituto Martha Christlieb; Se inaugura el centro de estudios superiores Guillermo Nicolas el 23 de agosto de 2002 y comienza sus clases el 26 dentro de las instalaciones del instituto de la Veracruz.
En la dimensión pastoral ya que la finalidad del Seminario es la de preparar a los seminaristas para ser pastores a imagen de Cristo, la formación sacerdotal debe estar impregnada de un espíritu pastoral, que los haga capaces de sentir la misma compasión, generosidad y amor por todos, especialmente por los pobres, y la premura por la causa del Reino, que caracterizaron el ministerio público del Hijo de Dios; actitudes que se pueden sintetizar en la caridad pastoral. Para esto responden diferentes actividades como lo son misiones de verano con el fin de promover las vocaciones sobre todo de propiciar la reflexión del llamado que Cristo nos hace, a valorar la vida, a ser cristiano y a tener una vocación especifica; Se cuenta con la experiencia del apostolado los fines de semana donde los seminaristas acuden a una parroquia o pastoral donde desempeñan su servicio de diferentes maneras, como lo es un acompañamiento a grupos, la elaboración de retiros, catequesis entre otras cosas más.
Etapas del seminario
La formación dentro del seminario se maneja en dos grandes bloques a saber:
La formación inicial
Se realiza durante el tiempo precedente a la ordenación sacerdotal, comenzando con el período del seminario menor, esta etapa debe caracterizarse por contenidos formativos que preparan al seminarista para la vida presbiteral. Este objetivo requiere un paciente y riguroso trabajo sobre la persona, abierta a la acción del Espíritu Santo, con la finalidad de formar un corazón sacerdotal.
La formación permanente
Representa una necesidad imprescindible en la vida y en el ejercicio del ministerio de cada presbítero; en efecto, la actitud interior del sacerdote debe caracterizarse por una disponibilidad permanente a la voluntad de Dios.
La formación inicial puede ser subdividida en cinco grandes etapas: “seminario menor”, “etapa propedéutica”, “etapa de los estudios filosóficos” o “discipular”, “etapa de los estudios teológicos” o “configuradora”, y “etapa pastoral” o “de síntesis vocacional”, cuyas características serán detalladas a continuación.
Seminario Menor
El Seminario Menor es una comunidad eclesial educativa que tiene la finalidad de ayudar a la maduración humana y cristiana de los adolescentes que muestran algunos signos de vocación al sacerdocio ministerial, con el fin de desarrollar, conforme a su edad, la libertad interior que les haga capaces de corresponder de manera consciente, responsable y gozosa al designio de Dios sobre su vida.
Etapa propedéutica
La etapa propedéutica es indispensable y tiene su propia especificidad. El objetivo principal consiste en asentar las bases sólidas para la vida espiritual y favorecer un mejor conocimiento de sí que permita el desarrollo personal. Para la introducción a la vida espiritual y la maduración en ella será necesario, sobre todo, iniciar a los seminaristas en la oración a través de la vida sacramental, la Liturgia de las Horas, la familiaridad con la Palabra de Dios, alma y guía del camino, el silencio, la oración mental, la lectura espiritual. Finalmente, éste es un tiempo propicio para un primer y sintético conocimiento de la doctrina cristiana mediante el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica y para desarrollar la dinámica del don de sí en la experiencia parroquial y caritativa. Además, la etapa propedéutica podrá ser útil para completar la formación cultural si fuese conveniente. Los estudios de la etapa propedéutica son netamente diversos de la filosofía.
Etapa del discipulado.
Etapa del discipulado. Discípulo es aquél que ha sido llamado por el Señor a estar con Él (cfr. Mc 3, 14), a seguirlo y a convertirse en misionero del Evangelio. El discípulo aprende cotidianamente a entrar en los secretos del Reino de Dios, viviendo una relación profunda con Jesús. Este “permanecer” con Cristo implica un camino pedagógico-espiritual, que trasforma la existencia, para ser testimonio de su amor en el mundo.
Esta etapa comprenderá el tiempo suficiente para conseguir los objetivos que le son propios y, al mismo tiempo, para adquirir el necesario conocimiento de la filosofía y de las ciencias humanas. Es necesario que esta etapa sea justamente valorada y comprendida en su específica finalidad y no sea considerada simplemente como un “paso obligado” para acceder a los estudios teológicos.
Etapa de los estudios teológicos o configuradora
La etapa de los estudios teológicos o configuradora, se ordena de modo específico a la formación espiritual propia del presbítero, donde la conformación progresiva con Cristo hace emerger en la vida del discípulo los sentimientos y las actitudes propias del Hijo de Dios; y a la vez lo introduce en el aprendizaje de una vida presbiteral, animada por el deseo y sostenida por la capacidad de ofrecerse a sí mismo en el cuidado pastoral del Pueblo de Dios. Esta etapa facilita un arraigo gradual en la personalidad del Buen Pastor, que conoce a sus ovejas, entrega la vida por ellas y va en busca de las que están fuera del redil.
Etapa pastoral
La etapa pastoral o de síntesis vocacional incluye el periodo entre el fin de la estancia en el Seminario y la ordenación presbiteral, pasando obviamente a través de la recepción del diaconado. La finalidad de esta etapa es doble: se trata, por un lado, de insertarse en la vida pastoral, mediante una gradual asunción de responsabilidades, con espíritu de servicio; por otro lado, de esforzarse en adquirir una adecuada preparación, recibiendo un acompañamiento específico con vistas a la recepción del presbiterado. En esta etapa el candidato es invitado a declarar de modo libre, consciente y definitivo la propia voluntad de ser presbítero, después de haber recibido la ordenación diaconal.